Solicitud:
A través de la Plataforma Nacional de Transparencia, una persona solicitó al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (INDEP) lo siguiente:
- Cantidad de recursos materiales, financieros y humanos que se emplearon para la realización del Programa “21 para el 21”, llevado a cabo por el Fondo de Cultura Económica.
- Cantidad de libros proporcionados a cada estado de la República mexicana y/o a cada una de las alcaldías.
- Documentos en los que se detalle la planeación del programa de referencia, así como su justificación.
Respuesta:
En respuesta, el sujeto obligado, el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, afirmó que no está facultado para dar atención o seguimiento a lo requerido, por lo que se declaró incompetente.
Recurso de revisión:
La persona, ahora recurrente, se agravió, pues si bien el programa de referencia fue llevado a cabo a través del Fondo de Cultura Económica, lo cierto es que fue financiado por el sujeto obligado. Así, el recurrente reiteró su petición para obtener la información correspondiente a los recursos totales empleados para la realización del programa.
Alegatos:
El sujeto obligado modificó su respuesta inicial. A través de la Dirección Corporativa de Administración y Finanzas y la Dirección Corporativa de Administración y Liquidación de Activos, el INDEP comunicó que entregó recursos al Fondo de Cultura Económica por un total de 45 millones de pesos para que los empleara en el proyecto indicado, precisando que dicho movimiento presupuestario fue realizado en 2 exhibiciones.
Análisis del caso:
De una búsqueda de información pública realizada por la Ponencia que coordino en este Instituto, se localizó la versión estenográfica de la conferencia de prensa del titular del Ejecutivo federal de fecha 26 de agosto de 2021, a través de la cual se realizó la presentación de la Colección “21 para el 21”, que se trata de un programa de reedición de libros a cargo del Fondo de Cultura Económica.
En dicha conferencia, el titular del Fondo informó también que la colección fue financiada por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, cuyo costo asciende a 45 millones de pesos, tomando en consideración los costos de impresión, de derechos de autor y un precio de distribución.
De esta forma, se advierte la existencia de una competencia concurrente entre la Oficina de la Presidencia de la República, el Fondo de Cultura Económica y el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, ya que dichas entidades tuvieron injerencia, en mayor o menor medida, en la planeación, elaboración, distribución y lanzamiento de la Colección “21 para el 21”.
A pesar de que en alegatos el sujeto obligado informó haber asumido competencia y comunicó que sí dio recursos al Fondo para el proyecto indicado, no se advierte que dicha información fuera entregada a la persona recurrente, por lo que este Instituto se encuentra imposibilitado para validar tales actuaciones.
Por estas razones, el agravio resulta FUNDADO.
Propuesta de resolución:
Por ello, la Ponencia a mi cargo propone MODIFICAR la respuesta del INDEP e instruirle a efecto de que haga del conocimiento de la persona recurrente el oficio de alegatos rendido ante este Instituto, a través del medio señalado en el recurso de revisión para efecto de recibir notificaciones.
Mensaje:
Decidí posicionar este proyecto en sesión de Pleno por dos razones principales. Primero, porque es labor del Estado mexicano fomentar y promover la lectura. Segundo, porque las mismas instituciones públicas deben completar los procedimientos marcados en la ley para garantizar el derecho de acceso a la información. Tanto este derecho constitucional como el ejercicio de la lectura están basadas en nuestra curiosidad humana por saber, aprender y pensar.
Como coordinadora del Comité Editorial del INAI, estoy completamente convencida de que las obras editoriales son una herramienta fundamental para consolidar y compartir conocimiento, que a su vez nos permite acceder a derechos humanos. Los libros deben abandonar los almacenes y recorrer el país; solo así podemos democratizar los derechos.
Como ya es tradición, en unos días, del 25 de noviembre al 3 de diciembre específicamente, el INAI tendrá una participación activa en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el evento anual más importante de su tipo en el mundo de habla hispana. Este Instituto hará diversas actividades en el Pabellón de la Transparencia de la FIL, donde acercaremos la transparencia, la rendición de cuentas y la protección de la privacidad a las 800 mil personas pronosticadas para visitar la Feria.
Me enorgullecen los títulos que presentaremos en la trigésima séptima (37) edición de la FIL. Libros como: el “Diccionario de la Plataforma Nacional de Transparencia” o la “Guía de protección de datos personales en lenguas de los pueblos originarios de México”, entre otros materiales, están hechos y revisados por expertos en la materia.
De hecho, en la FIL Guadalajara se llevará a cabo la premiación del cuarto Concurso Nacional de Periodismo de Investigación organizado por el INAI, el cual busca reconocer el trabajo de periodistas de cualquier medio informativo, así como de profesionistas y estudiantes, al tiempo de reflexionar sobre la Plataforma Nacional de Transparencia como fuente de investigación social.
Asimismo, el 12 de noviembre se conmemoró el Día Nacional del Libro, fecha para celebrar la literatura en honor al natalicio de una de las mujeres más brillantes que ha tenido nuestra tierra, Sor Juana Inés de la Cruz. Leer nos permite abrir nuestra visión del mundo; sentir y vivir distintas culturas, distintos tiempos históricos e imaginar futuros. Leer es una oportunidad también para mirarnos al espejo y pensar nuestra situación a través de otras historias y otros personajes.
De igual forma, leer fortalece nuestra capacidad crítica para cuestionar la realidad social, económica y política en la que nos encontramos, y es una herramienta fundamental para poder exigir sociedades más libres y justas. Empezar un libro significa emprender un viaje sin destino final, pero con la certeza de que seremos otros cuando lo terminemos. Parafraseando al gran escritor argentino, Jorge Luis Borges, el libro es una de las posibilidades de felicidad que tenemos las personas.
La propuesta del Fondo de Cultura Económica que expuse hace un momento, reeditó 21 títulos de autores mexicanos desde la mitad del siglo XIX hasta el siglo XX. Dicha colección se enmarcó en las conmemoraciones del Gobierno de la República por los 700 años de la fundación de Tenochtitlán, los 500 años de la Conquista y los 200 de la Consumación de la Independencia.
Este proyecto formó parte de una estrategia llamada “República de lectores” para producir colecciones y luego distribuirlas masivamente por el país, orientado principalmente a jóvenes estudiantes, maestros jubilados, escuelas normales y rurales, e incluso a militares. Si bien esta idea resulta atractiva para fomentar la lectura, es necesario que se transparenten los mecanismos que la hicieron posible, así como los recursos públicos destinados a ello.
De acuerdo con los últimos datos del INEGI, entre 2016 y 2023, el porcentaje de la población lectora en el país pasó de 80.6% a 68.5%, es decir, decreció 12.3%. Una gran mayoría de la población que se declaró no lectora en la encuesta del INEGI, afirma que no recibió estímulos suficientes para realizar esta actividad durante su infancia. Por ello es que es muy importante socializar el hábito de la lectura entre niños, niñas y adolescentes.
Si la rendición de cuentas no es conocida por la sociedad, esta no tiene sentido. La confianza en las instituciones y la participación ciudadana en los asuntos públicos solo puede lograrse cuando la sociedad es testigo de que nada se oculta. Precisamente de eso se trata conseguir un Estado que opere como una caja de cristal.
Es cuánto.
